El término fordismo se refiere al modo de producción en cadena que llevó a la práctica Henry Ford, fabricante de automóviles de Estados Unidos, a partir de 1908. Se trata de dividir el trabajo de producción en diferentes etapas, en las que trabajadores o máquinas, especializados exclusivamente en esa fase de la producción, las realizan de forma rápida y eficiente. Los resultados son:
- Un aumento en la producción.
- Un aumento en la productividad de década trabajador.
- El control por el empresario de los ritmos de trabajo, que puede aumentar si mejora las destrezas y el rendimiento de sus trabajadores en las tareas en las que están especializados.
- El desarrollo de empresas de gran tamaño.
Este sistema se consideró idóneo hasta la década de los 70 del siglo XX, en la que comenzaron a verse sus inconvenientes:
- Complejidad de la organización y alta probabilidad de errores, que daban lugar a fallos de eficiencia.
- La acumulación de un alto volumen de mano de obra hacía que los sindicatos de trabajadores obtuviesen un mayor peso y consiguiesen salarios más altos.
- Dificultad para instalar cada fase productiva en el lugar en el que es más eficiente: en regiones o países donde la mano de obra fuese más barata, o subcontratarla a otras empresas que la ofrecen a menores costes.
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